Hablar de poesía, para mí, es hablar desde el ser que soy. Es materia vital, mi forma de ver, sentir, pensar el mundo a través de los versos. Es el río de Heráclito, un devenir constante siempre cambiante, los ojos que miran el mundo y la esperanza de llegar a un “nosotros” redentor de injusticias y amor a la tierra. Es la presencia de la palabra que nos habita y nos congrega.

La poesía es voz, canto, celebración, creación, danza del alma y también silencio, llanto, denuncia, clamor. Esas luces y sombras que nos acompañan a lo largo de la vida y que nos impulsa a seguir latiendo. Materia vital.
Brindo por todos mis queridos poetas, y celebro con ellos el canto a la vida que nos regalan cada día con su generosidad y a todas las personas que lean estas humildes palabras, los aliento a que abran su corazón a la palabra hecha verso.