DESESPERANZA
Yo tenía una casa de ventanas cerradas. Día tras otro las abría para que el sol entrara. Siempre oscura mi casa estaba, siempre muralla para mi alma. Yo tenía una casa siempre enlutada. El sol cada día de largo pasaba. Yo no tenía casa ni tenía ventanas por donde la luz entrara. Se ahogaban las risas, las trampas saltaban los sueños morían al nacer el alba. Y el pan era