La ausencia es un puerto desolado, huérfano de gaviotas o un frío paisaje colgado, en la sala de espera del alma. La ausencia es un reloj dormido en los brazos del tiempo, una extraña muchacha abrazada a la fugacidad de un recuerdo. Y el dios del tiempo sonríe mientras escribo estos versos. Carmen Sampedro Poemas y requiebros Imagen: Portugal via photopin (license)
No detengas el mar marinero, deja que su furia se adentre en tu pecho. El mar tiene lengua con hambre de labios y busca en tu boca sanar su arrebato. No te escondas del mar marinero, deja que sus ojos quemen tus recuerdos. El mar tiene brazos que acechan tu calma y cruzan tu vientre como dos espadas. No detengas el mar marinero. No te escondas,
La espiga no lo sabe porque las espigas no saben nada: no necesitan saber. Yo sí lo sé. Ellas se rinden al fruto que un día será pan. Lo que aún no sé es por qué quiero ser espiga. Carmen Sampedro Poemas y requiebors Imagen: Give Us Today Our Daily Bread via photopin (license)
Niña y no ángel volaba a tu centro niña y no ángel chocaba con tu acero. En el atrio de tus ojos se alzaban todos los rezos mientras mis alas dormían a la intemperie del tiempo. Niña y no ángel de bruces con tu cuerpo niña y no ángel sin medir el suelo. Niña tantas veces nadando en desiertos como ave que arrastra la dolencia del viento. A la intemperie,