Pasó un ángel…
Pasó, sin darme cuenta, como un sueño en el trigo. Y yo habité la calma, sobre ánforas de aceite y esteras de cilantro… Pasó, como alborada indecente, destocada, besando las hojas de acanto de la acrótera esmaltada de mis labios… La nube espesa y enmarañada de su vientre serpenteó mi espalda, deteniéndose precisa, en el vértice orgásmico de un suspiro, profundo… El dedo de su avidez fue dibujando un lamento,
Encuentro con la palabra…
A veces me pregunto si el desamor, tiene también un dios con su angelito, que clava flechas de muerte en el corazón. A veces me cerca la noche con su estancia de sombras y fantasmas, que danzan sobre un ataúd de sueños y risas. Y también a veces me hiere el día con sus expectativas de familia, trato y trabajo como bombillas vacías. Me muere el día tanto como
Ritual…
Me acerco a tus labios y desvelo un misterio carnal. Los beso y me inicio en ti. Carmen Sampedro Vic, 2000 Imagen: Hungry Hummer (Explored) via photopin (license)
Mientras quede luz…
Te escribo y es invierno. Te escribo como si estuvieras lejos. Es hermosa la tarde y hace frío. Hablemos de las grisáceas nubes, del pájaro que cierra sus alas en el nido; de las hojas muertas que siembran los caminos. Hablemos mientras quede luz; después vendrá el silencio. Nuestro silencio… Qué hermoso cuanto callamos sabiendo que es verdadero. Verdad que rogué a la vida encontrarte en mi desierto. Qué hermosa
La Taberna, poema de Carmen Sampedro
Quiso por fin el aire romper la nube preñada, quiso por fin el agua lavar la cara arrugada y quiso el hombre, por ser hombre, empapar su sangre de vino que lo alentara. La taberna era un regazo donde el corazón templaba su lamento…, congregando sentimientos y nostalgias. El agua caía en el alma formando ríos de helechos y el vino seguía su curso disipando los recuerdos. Marcados por
Otoño: Silencio y desnudez…
… Entra la tarde en forma de alondra en mi alma desnuda, y deja una hoja. Vuela en silencio una pluma de seda que olvidó la tarde y escribí un poema… Una hoja caída de su rama pide a la tierra un espacio definido. Y la tierra le hace un hueco en sus entrañas porque es madre y nada cae en el olvido. La rama sin hojas. La hoja sin verde. La tierra en abrazo. Es tiempo