A Enrique J. Valdivia, mi hermano de versos… Llueve la tarde un silencio de alas y me reclino en el oscuro plumaje de la noche sin una palabra que me asista en este naufragio de ausencias. Ay, cuándo llegará el alba con sus dedos plateados y borrará de mi alma esta tiniebla de flores que ciega de dolor mi almohada. Carmen Sampedro Linares 2016
Mi madre iba cada semana a comprar a la pequeña ciudad cercana al pueblo. Una vez me preguntó si quería ir con ella y yo le dije que sí con toda mi alma. Tuvimos que madrugar mucho para coger el autocar y recuerdo que la noche me pareció eterna, tanto, que llegué a temer que el sol tomara otro camino y no pasara por la puerta de mi casa. Mi