Partitura de Otoño…
Derrama el otoño entre mis dedos su opúsculo incendiario de huesos. La savia perturba esplendores antiguos que arrastran en penitencia la efímera memoria del tiempo: adioses perdidos en partituras claman precisión de templo. Llueven flores de tela cielos rotos de cuervos y trigo. Nada nos advierte si aún hay tiempo de salvar la espiga Nada nos advierte si aún hay tiempo de sabernos vivos… Llueven