Nana de la tristeza…
Duermen relojes en la marea ea, ea, ea. De cal y llanto se hunde la aldea. Tañen las sirenas una canción de cuna en la orilla de la guerra: “A la nana, nanita de la tristeza Europa se ha dormido parece muerta”. Velos de súplica trenzan las fronteras de sal y llanto los ojos de la pobreza ea, ea, ea Europa duerme la noche vela… Carmen Sampedro Linares, septiembre