Duermen relojes en la marea ea, ea, ea. De cal y llanto se hunde la aldea. Tañen las sirenas una canción de cuna en la orilla de la guerra: “A la nana, nanita de la tristeza Europa se ha dormido parece muerta”. Velos de súplica trenzan las fronteras de sal y llanto los ojos de la pobreza ea, ea, ea Europa duerme la noche vela… Carmen Sampedro Linares, septiembre
La noche es un jazmín de anhelo inmaculado. Latidos de infancia en la flor de mi mano. Carmen Sampedro Linares, junio 2019
Llueve y es domingo. Domingo de obstinado pasillo -túnel que ciega – domingo de besos que esperan -rocío que no llega- Busco la hora en todos los relojes de mi casa -llaman a misa los tejados-. Grito que llueve y es domingo por si alguien no lo sabe -por si yo misma lo he olvidado- a pesar del pasillo cegado de los besos que no llegan de los tejados que
Escribo en hojas de niebla misivas de versos con urgencia de ráfaga con un padrenuestro que de dolor brama. Al fin he comprendido que todos los inviernos me hablan de ti: flor penada. Te escribo páginas de niebla de niebla…y qué importa si la tarde es una niña con diadema de escarcha. Carmen Sampedro Linares, 2019
Siria: necrópolis de querubines abocados al abismo. ¡Cuánta noche para el hombre! Sirio: morada de niños que un día fueron ángeles ¡Cuánta luz para la muerte! Carmen Sampedro Linares, marzo 2018
Ahora que la realidad serpentea entre código de barras y la libertad litiga en la lonja de la sinrazón ahora (digo) es la hora de buscar el abrazo entre las manecillas del reloj. Un abrazo que conmueva las venas del duro invierno un abrazo incandescente que avive de rojo el verbo un abrazo que desgarre la sábana del espectro. Ahora que la dignidad grita a lo lejos… Carmen Sampedro
El amor alza su voz en el pórtico de la justicia y florece la bondad en los desiertos del hombre… Carmen Sampedro Linares diciembre 2017
La noche declama un poema Toque de queda: Se suspende la Gravedad Se proclama la Gracia Los tejados vierten Esperanza Carmen Sampedro Linares 2017
En el jardín de Epicuro no hay fruta prohibida ni miedo a la muerte. La amistad, los hace inmortales Carmen Sampedro Linares otoño 2017
Enciendo un verso y arde mi esqueleto en la pira de un mundo ajeno. Enciendo un verso con desafío de relámpago y huyen los nombres con espanto de ala quebrada. Quisiera conjurar en esta hora nuevas palabras que abriguen mis huesos. En un jardín olvidado el viento sacude la tarde… Mañana diré que me venció la desolación. Carmen Sampedro Linares, febrero 2018