Enciendo un verso
Enciendo un verso
y arde mi esqueleto
en la pira de un mundo ajeno.
Enciendo un verso
con desafío de relámpago
y huyen los nombres
con espanto de ala quebrada.
Quisiera conjurar
en esta hora nuevas palabras
que abriguen mis huesos.
En un jardín olvidado
el viento sacude la tarde…
Mañana diré
que me venció la desolación.
Carmen Sampedro
Linares, febrero 2018