Atrezo
Yo fui (soy) aquel ave migratoria que, ajena al rastro de la bandada, se estrelló contra el sol. Y caí en ser piedra de un río y abracé (abrazo) el rocío del amanecer, tanto, que me mudé en acero.
Yo era (soy) la última hoja de otoño donde escribí (escribo) la soledad de la fuente hueca, el llanto del cántaro y el hastío de la infancia en las tardes secas. El cuerpo que soporta la puesta en escena, un atrezo, un tiovivo con demonios que hacían (hacen) saltar la alarma del recuerdo y esconden todos los espejos…
Carmen Sampedro
Linares 2016