VIDA Y MUERTE
El amor, un mar cuyas olas arrastran cuerpos al abismo de la eternidad: lúcido instante en que la muerte desvela nuestro ser. Carmen Sampedro Poemario: Poemas y requiebros
El amor, un mar cuyas olas arrastran cuerpos al abismo de la eternidad: lúcido instante en que la muerte desvela nuestro ser. Carmen Sampedro Poemario: Poemas y requiebros
Amo tu cuerpo que da fruto a mi boca. Y albergo en cada estación la dulce uva de tus labios, el trigo que rebosa tus manos, la almendra de tus ojos tempranos. Y me lleno de ti, en el cumplido tiempo de cosechar tu cuerpo. Carmen Sampedro Frutos Poemario: Poemas y requiebros Imagen: volvidejapon via photopin cc
Vuelven las oscuras trovadoras a los sueños del poeta vuelven con rimas y leyendas. Vienen de cielos lejanos a consolar su tristeza y el poeta llora de añoranza y pena. El amor perdido ellas le recuerdan: ¡no quiero más versos ni quiero más letras, destierro de amor es mi condena!. Silencio de alas negras. Calla la tarde como si el mundo muriera. Sin amor ¿qué queda? Ya se van las
Tempo II El mar, puños de cristal golpea su tambor, tam-tam. Las olas agitan los cuerpos ávidos de puerto: Hombres y mujeres, Ulises sin más leyenda que sus nombres, evocados en la aldea. Ulises arañados por las olas, errantes, sedientos, estatuas que el mar cincela en la noche amoratada. Muerte y no versos la oscuridad entraña. Gemidos y lamentos de las madres sirenas que el ruido del mar apaga. La
En las plazas del hambre, el alba no es de plata sombrío llega el día, errada la esperanza. Dánosle (al menos hoy) -rezan las madres de pechos de nata- Dánosle (al menos hoy) -rezan a la espiga, luz de su esperanza- y el pan enterrado queda como reliquia ultrajada. Dádselo (al menos hoy) -braman las cigarras- y del cielo caen estrellas con puntas de lanza. En las plazas del hambre, la
En el inmenso mar de otoño, las hojas son piedras que levantan agravios al viento. La luz juega al escondite y cierra la tarde con llave de mármol. En la orilla, una mujer parte los sueños como ramas secas, como madera vieja que aguarda la hoguera, el olvido, la burla del tiempo. Las últimas moscas se posan en sus manos azuladas, sin que nadie las espante, para volver de nuevo,
Una flor se abre en la mañana. Cada pétalo, puede ser un quebranto apenas perceptible. Porque así es el dolor: una flor que se abre. Carmen Sampedro Frutos Poemas y requiebros
Eran las tres de la tarde un agosto santo y dios embargó nuestro paraíso. A la pregunta qué debemos? nadie respondía. Al grito a dónde iremos? nadie contestaba. Iniciamos el camino de los desamparados a paso descalzo, a llanto sin luna. Duro camino, seca existencia el desamparo. Una rama torcida indicaba el camino del Gólgota. Esperanza sin rocío piel de espinos, miradas de pájaros en la noche. Ora pro nobis
El mar era un lienzo gris, verde o blanco. Las olas eran alas de ángeles caídos. La arena un pañuelo de recuerdos. Hágase la palabra!!! Y el lienzo fue cielo y las olas estrellas y el recuerdo poesía. Y los niños, Rafael, dibujan en el mar barquitos de papel. Carmen Sampedro Frutos Poemas y requiebros
Se anunciaba una guerra y yo no tenía un verso donde ocultar mi pena. Estalló la guerra y callaron mis versos ante la impotencia de hombres soberbios, ebrios de poder, conjuro de necios. Salvaremos al mundo -sumaron muertos- Traeremos la paz -destruyeron templos- Tendréis abundancia -quemaron huertos Gozaréis libertad -pisaron cuerpos- Me quedé sin un verso que fingir pudiera mi quebranto. ¡Dadme un poema para este llanto! Carmen Sampedro