Carmen Sampedro

La palabra hecha verso

NIÑA CAUTIVA DEL SILENCIO…

Muero con la palabra que nunca dije

muere el acto donde me alzo

no más allá de ser mujer, hombre

o simplemente un ser nacido que subsiste.

Muere la palabra y con ella la esperanza

de nombrar lo que soy; esa materia que en las noches

resucita palabras inconfesables, navega por la memoria cargada de música

y desgasta los recuerdos hasta el alba.

Muero si dejo que el mar ahogue mi voz:

no quiero ser sirena con baúles dorados

ni un resto de estrella sin brújula.

Anhelo ser materia que respira sílabas y cruza palabras con el viento.

He muerto muchas veces

Ah, mis actos baldíos cárcel de la palabra

Ah, la somnolencia  moral silenciando mi sangre

sepultando el alma con sus preceptos de piedra

He muerto muchas tardes

cuando el sol dejaba paso al frío de la noche

yo temblaba como la hoja huérfana de alba.

Ah, el frío de la noche laceraba mi cuerpo

sin poder escapar de esa eternidad doliente.

Quiero ser materia que respira sílabas y cruza palabras con el viento.

Ah, languidecí buscando cobijo en el seno de mi madre

y qué desventura pensar que aún pudiera ser niña.

Niña niebla, niña cautiva del silencio que todo lo encubre

como un barco fantasma atracado en  una orilla

donde la arena clava sus uñas de cristal.

El silencio, con su llave de oro…

Hoy celebro el ser que soy: materia que respira sílabas y cruza palabras con el viento.

 

Imagen: FèlixGP via photopin cc

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