Carmen Sampedro

La palabra hecha verso

A Khalil Gibran Khalil

Cuando el árbol más amado de tu huerto,

parió el fruto prohibido por el mito,

llenaste tu cesta de mimbre

con hojas de terciopelo.

Era una hermosa mañana de Abril,

y el amor guió tus pasos

en busca de los hombres.

Llevabas en tu corazón el mejor de los frutos:

verde manzana, dorado sueño del árbol

que un día, regaste con tus lágrimas.

Regalabas tu corazón de azúcar,

con una hoja de esperanza,

y una canción de pan caliente a los hombres,

reunidos en la plaza.

“Manzanas de corazón,

os regalo mis manzanas;

son de mi huerto florido

regadas con mis lágrimas”.

Pero nadie se acercaba a recoger aquel sueño,

ningún hombre dio aquel paso

para acercarse a tu alma.

La cesta de mimbre temblaba en tus manos,

cuando las palabras sonaban en vano:

“manzanas, tomad mi regalo”.

¿Eran hombres los que por allí pasaban?

Puede que fueran fantasmas,

o sonámbulos, o muertos,

pues tu voz no la escuchaban.

Por un instante, murió tu alma de niño.

Inocencia asesinada:

“manzanas a mil, a dos mil, a diez mil,

venid a comprar,venid”.

Y se acercaron, primero tres,

después cuatro, luego diez,

¿hombres o qué?

y tu corazón compraron.

La cesta de mimbre se rompió en llanto,

en ceniza las hojas de terciopelo.

Y tu alma, Gibran, en la plaza,

por los hombres lleva luto, lleva duelo.

Carmen Sampedro

Vic 2006
Imagen: Personajes del Centro Histórico via photopin (license)

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